lunes, 7 de abril de 2014

Vieux Chateau Gachet 2009

Una tarde del pasado 2013, paseando con mi mujer por el barrio de Chueca de Madrid, lugar lleno de buenas ofertas gastronómicas, llamó mi atención una pequeña tienda de productos franceses que respondía al nombre de Oh Delice!. Observé que tenían una curiosa oferta de vinos y decidí entrar...esa fue mi perdición. Dentro nos recibió con una sonrisa Antonio, un tipo que desde el primer momento se mostró cercano, simpático y con oficio. Poco a poco, a medida que hablaba con él, como cuando un vino se va abriendo en la copa y te va mostrando su complejidad, empecé a entender que estaba delante de un auténtico apasionado del vino, de esos que contagian, capaz de regalarte una charla cercana y amable desde el primer momento. Yo iba buscando algún pinot noir de la Borgoña y bien aconsejado por él acabé llevándome alguna botella. Solo fue el comienzo.

Pocos días después volvimos a pasar por Oh Delice! y tuvimos la fortuna de conocer también a la dueña de la tienda, Clotilde, mujer de Antonio, magnífica anfitriona, francesa con arte flamenco y afincada en nuestro país desde hace más de 20 años y ambos, poco a poco, han ido estableciendo una buena amistad con nosotros entre copa y copa de buen vino. Al poco tiempo le comenté a mi buen amigo Antonio que me apetecía probar un buen Burdeos sin que me temblara el bolsillo y aquí comienza la historia del vino que os traigo hoy.

Vieux Chateau Gachet es una pequeña joya nacida en Lalande de Pomerol, a pocos metros del mítico Chateau Petrus (el cual vende sus vinos a varios miles de euros por botella), y es digno heredero del buen hacer de los viticultores de la zona, famosa por acoger los mejores merlot del mundo.

La familia de Gerard Arpin, actual propietario de la bodega junto con su hijo Gael, apuesta por un terroir trabajado con el cariño y cuidado de cuatro generaciones de viticultores, haciendo gala de respeto y entrega por la labor que comenzó su abuelo Jean Baptiste tras volver de la Primera Guerra Mundial y adaptándose a la actualidad a base de unir tradición y nuevas tecnologías en sus proyectos.

El vino al que dedico este artículo es buena muestra de la manera de vinificar en Francia, donde la madera le cede la importancia a la fruta, para crear vinos frescos y concentrados. Un assemblage con un 70% de merlot, 20% de cabernet franc y un 10% de cabernet sauvignon con crianza de 12 meses en barricas de roble francés nuevas en un 20%, de segundo uso en un 40% y de tercero en otro 40%, nos dan como resultado un vino excelente.

A la vista se muestra en gradación de granate a rojo rubí con buena densidad.

En nariz y una vez decantado se muestra envolvente, intenso, fruta madura, frambuesa, muy expresivo.

En boca es un vino redondo de taninos suaves, muy frutal y dulce, fresco, concentrado con notas de frutas rojas, cereza y algún tono lejano a cuero. Madera bien integrada y final persistente. Fácil de beber tras decantación de una hora.

Un vino, en definitiva, muy especial, de estos a los que uno quiere volver una y otra vez, con una expresión difícil de encontrar entre vinos fuera de su región de origen y menos a este precio, 17€. Un digno representante de lo que debe ser un buen merlot de Burdeos. También en Oh Delice! se puede disfrutar de un grand cru de Saint Emilion, el magnífico Chateau Chante Alouette de 2009 vino muy serio y complejo, algo más caro (28€), donde la madera sobresale algo más por encima de la fruta pero igualmente rico y recomendable.

Vieux Chateau Gachet es un vino tan frutal que es agradable de maridar desde un buen guiso, hasta carnes rojas e incluso un buen pescado contundente. La merlot es menos compleja que la cabernet sauvignon y resulta más fácil casarla con cualquier buen plato. Mi calificación a este vino en esta añada sería de un 94 sobre 100.

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